Columna de Opinión. Andrés Felipe Múnera C Para Geografía Histórica.
Lo que está pasando en Brasil, no es la primera vez que ocurre dentro de este sistema internacional en el que llevemos 18 años del siglo XXI, este tipo de sucesos han girado en torno a la expansión del terrorismo, las redes sociales y China.
En Brasil, el próximo 28 de octubre, la población tiene en sus manos la decisión de elegir a Jair Bolsonaro o a Fernando Haddad como su próximo presidente. A pesar de que existe la posibilidad de una segunda vuelta y de que cualquier cosa puede pasar ese domingo, hay una probabilidad muy grande, después de los resultados de la primera vuelta, en que Bolsonaro sea el nuevo presidente del país mas grande de América Latina.
Esta situación no es nueva: En filipinas, Rodrigo Duterte llegó con un discurso nacionalista, ultra-conservador y a veces violento a la presidencia de su país, quería acabar con el narcotráfico y no estaba dispuesto a usar el dinero del Estado para detener este flagelo, con lo que los indices de homicidios se han elevando en los dos años que lleva de presidencia. En Guatemala un pastor evangélico, Jimmy Morales, ganó las elecciones después de la destitución y enjuiciamiento del ex presidente Otto Perez Molina. En Estados Unidos Donald Trump con un discurso xenófobo, racista, en la mayoría de veces mentiroso, proteccionista y conservador ganó la presidencia de su país. En estos casos tuvo mucho que ver las acciones terroristas y la actual situación política en varios países del mundo, que hacen que la gente sienta temor de pasar por la misma situación de casos como la crisis en Yemen o Venezuela para exponer dos temas de actualidad. También, las redes sociales juegan un papel muy importante en nuestra coyuntura. Esto se da por la facilidad con que cuenta la población mundial de estar conectado todo el tiempo y enterarse de lo ocurre en su país y en el mundo. Por otro lado, los pasos agigantados de China en materia política y económica reflejan el cambio que están viviendo las esferas de influencia en el mundo, donde está naciendo un nuevo escenario político en el que el centro de toma de decisiones será la nación mas poblada del planeta.
Estos cambios se dan porque existe un desgaste de la democracia y por eso debe darse una renovación política, en la que se genere un gobierno de transición que no sea de los tradicionales políticos que se comparte el poder, sino que escuche el clamor de cambio que la gente pide. Sucedió el 6 de noviembre de 2016 con Donald Trump en Estados Unidos (a pesar de que se haya lanzado por el partido Republicano), sucedió en México el 1 de julio de 2018 con Andrés Manuel Lopez Obrador elegido presidente y posiblemente sucederá en Brasil el 28 de octubre. Estamos ante una etapa de cambios políticos en donde el giro a la derecha que han dado los países de la región, pondrá a Estados Unidos como el principal socio de cada uno de los mismos. Pero ademas pondrá sobre la mesa, la situación política de Nicaragua, Cuba y Venezuela principales naciones protectoras del modelo socialista, hablando políticamente.
Los problemas de corrupción que han estado en la vitrina esta segunda década del siglo, han hecho mas difícil el retorno del Partido de los Trabajadores al poder en Brasil; el partido demócrata sufrió un golpe muy duro con la derrota de Hilary Clinton por la polémica del correo personal que utilizó para asuntos gubernamentales cuando era secretaria de estado y así se han dado también otros casos que han ofuscado a la población y por eso la misma pide un cambio rotundo de la política en su país.
Estos cambios políticos transforman no solo la situación interna del país donde ocurren, sino que también puede perjudicar o beneficiar el entorno donde se encuentran geográficamente los mismos. algunas preguntas que quedan si Bolsonaro es el ganador de las elecciones es: ¿como lo recibirá la región?¿cual será su papel en torno a la situación con Venezuela?¿sera un aliado cercano a China o se guiara por una política exterior enfocada a Estados unidos?
Estás son preguntas que se van a ir resolviendo después del 28 de octubre cuando se confirme algo que parece imposible de dar marcha atrás. Mientras tanto América Latina sigue a la expectativa con la llegada de la izquierda al poder en México y las elecciones legislativas en Estados Unidos, que pueden definir el futuro político de Donald Trump como presidente y beneficiar en cierta medida el cambio de discurso hacia nuestra región.
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