Por Andrés Felipe Múnera Cardozo
Politólogo
Foto de: Expansión Política, 2020.
El primero de julio Andrés Manuel López Obrador cumplirá dos años de haber sido elegido como el presidente número 65 de los mexicanos. López Obrador quien en 2006 y 2012 se había presentado como candidato a la presidencia ganó las elecciones de 2018 de manera contundente venciendo con más de treinta millones de votos a Ricardo Anaya su rival más cercano en las encuestas.
La elección de AMLO fue todo un fenómeno político en México y para la región ya que se convirtió en el primer candidato de izquierda en asumir el poder en este país. La transición con el gobierno de Peña Nieto fue bastante tranquila y normal, se llevaron a cabo todos protocolos para que el nuevo presidente asumiera el poder a partir del 1 de diciembre de 2018. Cabe anotar que después de las reformas electorales de 2014, AMLO será el primer presidente del país en entregar el mandato el 30 de septiembre con lo que solamente estará en el poder cinco años y diez meses por lo que el próximo presidente del país se posicionaría el 1 de octubre de 2024.
La elección de AMLO estuvo marcada por diferentes factores que se atribuyen a la decadencia del PRI y el PAN como también al "hastío" que se generó por la corrupción, violencia, falta de seguridad entre otros aspectos en los últimos gobiernos que han pasado por Los Pinos. El aumento de la violencia en el norte de México ocasionada por los cárteles del narcotráfico; la pobreza y la miseria en el sur del país, además de la problemática que representa la frontera sur con Guatemala son algunos de los aspectos por los cuales los mexicanos estaban decepcionados de los líderes de sus principales partidos políticos. La debilidad de Peña Nieto, la crisis economía y el duro discurso del gobierno Trump frente al muro en la frontera también ayudaron a que López Obrador consiguiera la votación de los indecisos.
Su gobierno generó mucha expectativa por la fama, el discurso y la visión de política que presentó AMLO al electorado, además el haber perdido dos elecciones por un estrecho margen y los rumores de corrupción electoral acrecentaron la figura del presidente. Sin embargo, la violencia, la crisis económica, el cambio de visión en la política exterior y el coronavirus han sido factores que han afectado su presidencia.
En primer lugar, AMLO ha dejado a un lado la política exterior mexicana y sus características. Ha dejado de representar a México en las diferentes citas internacionales y no ha viajado aún en visita oficial a otro país. Esto ha afectado la imagen de su gobierno a nivel internacional dejando como abanderado a Marcelo Ebrard de las relaciones exteriores.
En segundo lugar a nivel económico el presidente se encontró con un país con crecimiento nulo y en posibilidad de recesión, situación que en los últimos meses se ha acrecentado por la pandemia del covid-19. La economía ha llevado al presidente López Obrador a mantener un discurso de calma, pasividad y cooperación con el gobierno Trump teniendo en cuenta las negociaciones del nuevo tratado “T-MEC”. Las cifras de desempleados y el cierre de negocios a causa del virus han sido otros factores que han golpeado el discurso del presidente, lo cual podría ocasionar un aumento en la pobreza empeorando la calidad de vida.
En tercer lugar la violencia ha vuelto a ser protagonista en las últimas semanas. El 26 de junio de 2020 en el ciudad de México ocurrió un atentado contra el jefe de seguridad de la ciudad, Omar García, quien atribuyó el mismo al cártel Jalisco Nueva Generación. Un encuentro muy polémico en el norte del país y el saludo a la mamá del “Chapo Guzmán” han generado un impacto negativo hacia el presidente y su gestión en seguridad.
Opinión
A punto de cumplir dos años de ser elegido como presidente López Obrador se ha dejado llevar por la irreverencia y la incredulidad. Ha desestimado la gravedad del covid-19 y a 27 de junio el país tiene más de 200.000 contagiados y 25.000 muertos. El presidente quien dice estar protegido por unas “imágenes” cargadas en su billetera ha perdido el rol de líder, de gobernante de una nación necesitada de esperanza para salir adelante en un momento turbio y complejo por el que está atravesando México. Sus ruedas de prensa diarias se han vuelto monótonas y ha perdido el sentido de expresión a la hora de compartir sus ideas. El “relajamiento” en un aspecto tan vital históricamente como ha sido la política exterior mexicana representa el poco interés que el actual gobierno tiene en la región.
En general se están presentando las mismas falencias en el gobierno de AMLO las cuales han sido las características de los últimos tres gobiernos presidenciales. Esto no solo se aduce a que existe una crisis institucional, sino que además la institucionalidad mexicana está agotada y debilitada. Se deben comenzar a escuchar sugerencias de reformas y cambio de la constitución que le permita a México ser un país mayormente garante de la seguridad y estabilidad de la población.
Por el momento López Obrador que llegó con mucho carisma y expectativa al poder no ha logrado nada relevante, tiene cuatros años para trabajar y dejar un sucesor de su partido como nuevo presidente. ¿Tendrá México una mujer presidenta en 2024? Me suena mucho el nombre de Claudia Sheinbaum.
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