Por: Andrés Felipe Múnera Cardozo
Politólogo
Foto de: Revista SEMANA, 2018.
He sido reiterativo en opinar que a Iván Duque nunca se imaginó que su presidencia iba a ser tan compleja y en un panorama a 2022 tan oscuro para su partido. El presidente llegó con las banderas y las llaves en su bolsillo del Centro Democrático a Palacio, pero una vez ya en el cargo su poca experiencia, la demora en la toma de decisiones, los ataques al proceso de paz y las palabras cargadas de odio de Congresistas del partido y funcionarios de su gobierno fueron aupando el camino para el desprestigio que a 2020 y en plena pandemia mantiene su gobierno.
Además de los recientes escándalos y la imagen negativa del máximo líder del partido –Álvaro Uribe- han estado en boca de la opinión pública nacional. Estos no son hechos de la noche a la mañana, son la continuidad de errores y opiniones tergiversadas que ha llevado a que la población analice desde varios puntos de vista la realidad del país frente a lo que el gobierno pretende mostrar.
Duque está a punto de cumplir dos años en el poder, con más angustias que días tranquilos y polémicas que con el paso del tiempo salen a la luz pública debilitan la imagen suya y de su gobierno. El covid19 y la llegada de Francisco Barbosa a la Fiscalía fueron la fórmula perfecta para que el escándalo de la Ñeñepolitica no afecta al presidente. Pero no es el único problema contra el que debe batallar Duque. Las reiterativas salidas en falso de ministros y funcionarios de su gobierno le han perjudicado notablemente.
El covid19 pudo ser una buena oportunidad para mejorar su imagen. Y en efecto fue así; pero a pesar de eso según los datos de la última encuesta (Gallup) la imagen del presidente y la de su gobierno siguen siendo muy bajas y negativas lo que es una contradicción frente a lo que representa el Centro Democrático. La publicación de la serie Matarife, el escándalo del hermano de la vicepresidenta relacionado al narcotráfico, el nombramiento del hijo del ex jefe paramilitar “Jorge40” en un puesto de alta importancia en el Ministerio de Interior, son otros aspectos que si bien salieron a la luz pública y han sido polémicos aún no llegan a su punto de ebullición.
Si Duque no corrige el camino a 2022, el Centro Democrático tendrá muy difícil la tarea de ocupar nuevamente la presidencia por cuatro años más. Petro, Fajardo, Dilian y Humberto De La Calle suenan cada vez más como fuertes candidatos, mientras que los del partido de gobierno apenas suenan en los programas de opinión y comienzan a verse peleas internas en un partido que hasta el 7 de agosto de 2018 demostró coherencia, lealtad y un mismo discurso en su forma de hacer política.
PD: ¿Renunciará la vicepresidenta Martha Lucia Ramírez después del escándalo de su hermano? ¿Duque hará un “revolcón” en su gobierno cambiando ministros? ¿Álvaro Uribe, si renuncia la vice, podría ser un candidato a este puesto?
Amanecerá y veremos.
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