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Foto del escritorGeografía Histórica

El delfín del ex: ¿El más Claro candidato del Centro, Democrático?




(Foto de: aldia.co, 2020)


Por: Andrés Felipe Múnera C.

Politólogo.


Qué pergaminos, merecimiento o experiencia en política tiene Tomas Uribe Moreno más allá de tener el apellido de su padre para pensar en una aspiración a la presidencia en 2022?


Arranco con esta pregunta porque las elecciones presidenciales se avecinan poco a poco. Al presidente Duque y sub líder del partido Centro Democrático le queda poco más de un año y medio en el poder y tendrá que trabajar muy duro en el 2021 para superar todas las dificultades que hoy envuelven su gestión, su gobierno y al partido mismo. Poco a poco el ex presidente Uribe y líder nato del CD se ha ido desmarcando de su pupilo y ha comenzado a realizar críticas en medios de comunicación, criticas que antes eran internas pero que a diciembre de 2020 debido a la debilidad de Duque y su pésima gestión en seguridad y otros frentes han obligado a Uribe a ir atacando los principales problemáticas que hoy aquejan a Colombia y ponen en peligro la continuidad del partido en el poder.


Más allá de eso, pensando un poco en las elecciones la llegada de Tomas a la baraja de precandidatos del partido de Uribe debe ser un golpe muy fuerte a la credibilidad de cuatro personajes que esperan el nombramiento de su líder como el próximo candidato presidencial. Esos nombres son: Paola Holguín, Paloma Valencia, Carlos Holmes Trujillo y Rafael Nieto. Desde iniciado el gobierno Duque se sabía que muchos de los seguidores uribistas y aliados querían contar con la “bendición” del presidente para ser el candidato en 2022. Son dos senadoras, un ministro y un ex viceministro los principales precandidatos. Pero lo que nadie esperaba en el CD es que el gobierno de Duque tuviera demasiados problemas y que a 2020 pusiera en aprietos las aspiraciones de estos candidatos para sucederlo.


Es por eso que surge en nombre de Tomas y lo hace por dos factores. En primer lugar por tener el mismo apellido que su padre lo cual facilitaría una campaña presidencial y en segundo lugar el muy mal gobierno de Duque que deja muy debilitado al Centro Democrático y las aspiraciones de seguir en el poder se van desvaneciendo poco a poco. Pero más allá de eso el escoger a Tomas como candidato seria otro error de Uribe y el problema de fondo es que el ex presidente no han entendido que los problemas de Colombia no son los mismos del 2002 cuando él llegó al poder. Si Tomas Uribe se convierte en presidente el país tendrá un sub presidente de verdad porque el que gobernará evidentemente será su padre y Colombia seguirá padeciendo las mismas problemáticas en política, en lo social e incluso en lo económico. La población de este país merece respeto y no podemos aguantar cuatro años más con un inexperto en el poder ante el capricho de un señor que maneja a Colombia como si fuera su propiedad, como si fuera una finca.


Es por eso que ese “ojo con el 2022” se convierte en un lema de campaña crucial, pero está en manos de los colombianos elegir bien a un candidato que reúna la mayoría de características para ser presidente empezando por su experiencia, el entorno en el que ha trabajado en el sector público, una buena hoja de vida y la credibilidad de ser una persona honesta, ética, seria y responsable para ser presidente. Pero ni Gustavo, Paloma, Paola, Rafael, Carlos Holmes y mucho menos Tomasito reúnen esas características para ocupar la Casa de Nariño.


Uribe está asustado y con toda razón porque nunca pensó que el gobierno de Duque iba a ser tan nefasto y lamentablemente el presidente Duque no ha contado con “suerte” en su gestión; el país se le ha paralizado, ha tenido un sinfín de protestas, el paro del 21 de noviembre de 2019 ha sido el más violento desde la década de 1970, enfrenta una pandemia y una complicada crisis económica ad portas de una elección presidencial y si o si debe llevar a cabo una reforma tributaria para generarle más ingresos a la nación. Se arrodilló ante los pedidos abusivos de Donald Trump. En fin, son tantos los pormenores por los cuales reprochar a Duque por su gestión que no alcanzaría el espacio para hacerlo. Es por eso que Uribe lanzó su campaña dos años antes, con temas que sabe generan pulla en la población: La paz y la JEP. Pero también es consciente de que no puede permitirse un error más a la hora de elegir quien será el nuevo candidato de su partido, alguien que no lo traicione y siga a pie de letra sus propuestas y las necesidades del sector que “toda la vida” lo ha apoyado, pero Tomasito no es ese candidato.


Más allá de eso en el país sagrado corazón no todo es malo hay personas buenas y siempre creeré que el futuro político será mejor. Dos nombres resaltan en la infinidad de candidatos que hoy buscan la presidencia: Humberto de la Calle y Dilian Francisca Toro, dos candidatos con buenas gestiones en lo social, en lo político y con una herencia de trabajo por la comunidad sin igual. Esos dos personajes de la vida pública nacional son dos buenos candidatos para ser el próximo presidente del país en el periodo 2022-2026, una etapa de recuperación y de decirle adiós a todo lo que huela a uribismo.

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