Por Andrés Felipe Múnera C.
Politólogo
Foto de: CRN Noticias, 2020.
Guatemala se ha visto sacudida en los últimos días por diferentes protestas frente al presupuesto de 2021 presentado por el gobierno del presidente Alejandro Giammattei al congreso para su aprobación. Este presupuesto el más alto de toda la historia en el país se convirtió en polémico y fue el “florero de Llorente” desatando la furia de la población que salió a las calles a rechazar las medidas del gobierno y la corrupción rampante de los congresistas.
Además de la polémica gestión del presidente, el 2020 ha sacudido a Guatemala más allá del Covid19. El paso de los huracanes IOTA y ETA en el último mes dejó una estela de muerte (60 aproximadamente, según datos de El Espectador), caos y destrucción en un país históricamente pobre, marginando y abandonado por los diferentes gobiernos que han dirigido esta nación centroamericana. La pobreza, la falta de oportunidades, la violencia, una inestabilidad social y política es lo que ha caracterizado siempre a Guatemala. Pero se debe resaltar que desde el año 2015 con el proceso de destitución contra el ex general y ex presidente Otto Pérez Molina el país ha tenido una inestabilidad política y la presidencia ha sido ocupada por personajes polémicos como Jimmy Morales con cifras de aprobación similares a las de su sucesor que a once meses de ocupar el cargo tiene una aprobación por debajo del 30%
El presupuesto para 2021 aprobado, a las carreras, el 20 de noviembre a altas horas de la noche por un valor de 12.800 millones de dólares con un incremento del 25% frente al de 2020 se enfocaba en obras de infraestructura, comunicaciones y vivienda sectores donde la corrupción ha sido endémica. Pero más allá de eso lo que despertó la cólera de la población fue la disminución en los recursos destinados a la lucha contra el Covid19 y dentro del nuevo presupuesto se habían congelado las partidas para los hospitales, así como la educación y la pobreza en una nación con casi 17 millones de personas en situación de pobreza y pobreza extrema. Pero es paradójico que los congresistas aprobaran el aumento al presupuesto de su alimentación en un país donde en pleno siglo XXI la gente sigue muriendo de hambruna y otras enfermedades que con los avances mundiales de la medicina han sido erradicadas como causantes de los decesos en la mayoría de los países.
Por otro lado el presidente Giammattei con tan solo 11 meses en el poder se encuentra en la tormenta perfecta. Una aprobación de menos del 30%, la población exigiendo la renuncia de él y su gabinete la cual fue ya sugerida por el vicepresidente Guillermo Castillo quien motivó al presidente a que ambos renunciaran a sus cargos para llevar a cabo una transición de poder en calma pensando en el futuro del país. Pero mas allá de eso la difícil situación social que vive Guatemala es una mezcla de varios factores sociales que confluyen en un hartazgo y aburrimiento político de las personas hacia su clase dirigente.
Giammattei convocó la carta interamericana para que la OEA por medio de una comisión que llegará al país el viernes 27 de noviembre supervise al gobierno y evalué la compleja situación social que vive Guatemala. Pero más allá de eso las protestas, muchas de ellas violentas, demuestran el hartazgo de la población contra la clase política dirigente. A pesar de que no es una situación nueva, las protestas se deben a que esa “olla social” viene explotando poco a poco llevando a situaciones como las del incendio del Congreso en Ciudad de Guatemala. El presidente deberá tomar cartas en el asunto y llevar a cabo reformas que beneficien a la población evitando así agudizar la problemática social del país.
En definitiva Guatemala vive un momento difícil que se suma a las complejas condiciones de la naturaleza. Es la tormenta perfecta para que un gobierno recién asumió el cargo pueda darle un giro a su programa de gobierno y trabajar enfocado en las necesidades de la población. Si el gobierno conservador de Giammattei quiere seguir en el poder debe trazar metas que pueda cumplir, si eso no llega a suceder Guatemala tendrá elecciones presidenciales en el 2021.
Es lamentable como los mismos apellidos de siempre se turnan el poder y como logran concentrar la riqueza en un pequeño porcentaje de la población. Guatemala parece ser administrado como una finca y por eso es que América Latina se ganó en la década de 1950 y 1960 el apodo de “el patio trasero de Estados Unidos" y lo sucedido en esta nación centroamericana es una clara muestra de ello.
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