Por Andrés Felipe Múnera C.
Politólogo
(Foto de: AlNavio.com)
A veces me da lastima con Iván Duque, un tipo bueno con una bonita familia que hace cuatro años decidió presentarse en una lista para alcanzar una curul en el senado y que por los votos de su jefe (Álvaro Uribe) logró un puesto en el sector público por primera vez en su historia.
El hoy presidente de Colombia, no ha podido desarrollar una agenda de trabajo constante, en la que se vean resultados positivos de su gestión en el año y dos meses que lleva en Palacio. Tanto los nombramientos como las decisiones que ha tomado han sido fuertemente cuestionadas por gran parte de la población del país, que por medio de sus redes sociales muestra su disgusto contra el gobierno. Tan solo con los nombramientos de Guillermo Botero y Alberto Carrasquilla, Duque dio una demostración de que no es él quien gobierna en Colombia. A pesar de la nutrida bancada en Congreso, el presidente y su partido no han unificar un discurso contra una oposición cada vez mas fuerte y la independencia de partidos como el Liberal y Cambio Radical hacen más sonoras la criticas hacia Duque y su gestión.
En menos de seis meses de iniciado su gobierno el presidente tuvo que aguantar dos mociones de censura contra Carrasquilla y Botero. Hoy 6 de noviembre de 2019 después del descalabro en las elecciones regionales el ministro de defensa del gobierno Duque está a punto de salir del cargo, si no renuncia posiblemente la moción de censura le sea aplicada por diferentes razones: 1) sus desatinados comentarios frente a los hechos de violencia y seguridad en el país; 2) la muerte de ex combatientes de las FARC en los campos de concentración en los que se encuentran después del proceso de paz; 3) los altos índices de violencia e inseguridad en varios municipios y departamentos; 4) La férrea defensa al general Nicacio Martinez Espinel quien fue ascendido por el Congreso a General de cuatro soles y 5) los recientes asesinatos de líderes indígenas en el norte del Cauca.
Estos son solo algunos hechos por los cuales Guillermo Botero fue llamado a una moción de censura por el senador Roy Barreras, quien denunció en el hemiciclo la muerte de siete niños en una operación del ejercito contra alias "Gildardo Cucho" en el departamento de Caquetá. Este hecho se dio a conocer varios días después de que se llevara a cabo la operación lo cual aceleró el pedido de renuncia o aplicación de la moción de diversos sectores políticos hacia Botero.
Sin embargo, y a pesar de la fuerte tormenta por la que está pasando el gobierno de Duque este mismo ha estado en silencio en las ultimas horas, dejando que personajes de la talla de Álvaro Uribe o incluso la vicepresidenta Marta Lucia Ramírez sean quienes salgan a defender la gestión del ministro de Defensa. Este tipo de acciones demuestran una vez más lo poco preparado que está Iván Duque para ser presidente de un país como Colombia y el poco manejo que tiene de carteras como la Defensa, Hacienda, Interior y Trabajo que son controladas desde una oficina en el Congreso de la República.
Este es un hecho lamentable, pues no solo deja mal parado el Centro Democrático, partido al que le fue muy mal en las elecciones regionales, sino que también puede verse muy afectado en las elecciones del 2022 tanto las presidenciales como las de Cámara y Senado.
En conclusión, si Duque no le pide la renuncia a Botero va a ser el principal responsable de la masacre cometida, sin principio de causa, por las Fuerzas Militares convirtiéndose en el primer crucificado políticamente en las próximas elecciones y con el los futuros candidatos de Uribe.
Que quede claro, la gente perdona pero nunca olvida.
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