Por Andrés Felipe Múnera C.
Politólogo
Foto de: ABC 7 Chicago, 2020.
Donald Trump de 74 años se presenta en uno de sus tantos actos de campaña en esta pequeña ciudad del estado de Wisconsin con la nostalgia de 2016 como su principal lema de campaña. En los últimos días Trump ha intentado llevar la campaña presidencial actual a lo que fue su primera y a 2016 única campaña política electoral. Trump intenta llevar a la gente hacia un pasado el cual ya no puede ofrecer porque al ser elegido presidente en su intención de buscar un segundo periodo se le está juzgando por sus actuaciones como presidente y no como candidato.
Al presidente le ha costado entender el proceso político coyuntural por el cual atraviesa el país. Sus constantes tropiezos en materia internacional, los desafíos a sus aliados, su cercanía con mandatarios autoritarios como el ruso Vladimir Putin o el dictador norcoreano Kim Jong Un, además de la crisis económica que vive el país a causa de la pandemia, la falta de empleo y las profundas diferencias sociales que hoy en día se viven en Estados Unidos por hechos como el racismo, la xenofobia, el asesinato de afroamericanos, entre otros aspectos sociales han polarizado la campaña y Trump a pesar de ser consciente de todas y cada una de las situaciones que él mismo ha causado, pretende gobernar el país por un periodo más.
Es claro que es un personaje que no cuenta con la capacidad de dirigir la principal potencia mundial. Es claro que la única forma en que gana adeptos es por su show televisivo pues resulta muy entretenido para la población y al final lo que capta la gente es lo que le entretiene. El presidente es un experto en el manejo de los escenarios, sabe cómo llegar al público a pesar de no tener ideas políticas o una bandera de gobierno que lo catapulte a la Casa Blanca. El muro en la frontera con México fue la excusa, el narcotráfico la causa y Peña Nieto el títere que se prestó para que Trump logrará ganar votos de los indecisos hace cuatro años, sobre todo los de la frontera que ven en la inmigración ilegal un peligro para el país.
Al otro lado de la contienda está Joe Biden, candidato Demócrata ex senador y ex vice presidente en el gobierno de Barack Obama. Un poco mayor que Trump con 77 años pretende llegar a la presidencia por tercera ocasión. Ha vendido su discurso de campaña como la única oportunidad que tiene Estados Unidos para recuperar el orden político, luego de la desestabilizada y desorganizada gestión de su rival de elección. Biden experto político con más de 40 años de experiencia ha sido criticado, ofendido, discriminado por la campaña republicana y el mismo Trump, a pesar de ello ha sabido sacar provecho de aquellas situaciones para ubicarse en los sondeos como el favorito para llegar a la Casa Blanca. Su edad le permitirá un solo gobierno, pero será un “posible” gobierno de transición que lleve a su país la verdadera grandeza que lo ha caracterizado en un momento de coyuntura internacional que urge de un líder mundial.
El martes tres de noviembre 150 millones de personas tienen la responsabilidad de votar y serán los 538 delegados del colegio electoral los encargados de definir la continuidad de Donald Trump en el poder o la transición hacia un restablecimiento del orden nacional y mundial como lo ofrece Joe Biden. El futuro del país y quizás también del mundo, de una relación pacífica con China y los aliados o el retorno al multilateralismo depende de los mismos norteamericanos. Por lo pronto hay que decir que las encuestas son una cosa y los resultados electorales otra. Sabiendo lo que ya pasó en 2016 y con Trump en el poder es muy difícil predecir qué puede pasar, pero por ahora el principal candidatos a llevarse los 270 votos mínimos para ganar la presidencia es Joe Biden.
Foto de: Madison.com, 2020.
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