Por: Andrés Felipe Múnera C.
Politólogo
Foto de: Razón Pública, 2018.
El partido de gobierno en plena celebración de los dos años de mandato del presidente Iván Duque, recibió la noticia de la medida de aseguramiento contra el ex presidente y Senador Álvaro Uribe Vélez por la Corte Suprema de Justicia. Desde su creación como partido sin lugar a dudas la detención de Uribe es el golpe más duro que los seguidores del Senador antioqueño han recibido y que dejan al partido huérfano y más aún al presidente mismo.
Son tres los aspectos claves a analizar en medio de esta coyuntura: el primero es la detención del expresidente; el segundo la inconformidad de los congresistas del Centro Democrático (CD) con el presidente Duque y tercero los dos años de gobierno del actual mandatario.
Álvaro Uribe pasará a la historia por ser el primer presidente al que se le notifica una orden de detención (preventiva) por una alta Corte. Pero más allá de eso los argumentos de la Corte Suprema giran en torno del conocimiento del expresidente de las acciones ilícitas de su ex abogado Diego Cadena. Aquí hay que dejar algo muy en claro y es que el juicio a Uribe nada tiene que ver con las FARC. Es importante entenderlo debido a la polarización que vive el país, los uribistas han creado un discurso en el que tratan de vender la injusticia de Uribe en la cárcel mientras que los ex guerrilleros están en el Congreso. Si bien es cierto que las FARC deben cumplir con lo pactado en los acuerdos de paz y que JEP debe acelerar el proceso para que los miembros de la antigua guerrilla digan la verdad, ese será el nuevo discurso político del CD en los dos años que quedan del gobierno Duque en pro de prepararse para la contienda electoral del 2022.
En segundo lugar los congresistas de este partido han mostrado cierta inconformidad frente al presidente Duque ya que no se sienten representados por el gobierno manifestando que le hace falta ser más uribista. Pero se debe tener en cuenta que una cosa es gobernar como presidente y otra muy distinta legislar y opinar como Senador o Representante. Las molestias no son nuevas y mucho menos frente a la detención de Uribe; estas se han venido dando a partir de los nombramientos que ha hecho Duque en los ministerios, como también en la ratificación en puestos importantes de la vida pública en el país de funcionarios que trabajaron en el gobierno del ex presidente Juan Manuel Santos principal enemigo político de Uribe y su partido. Pero es importante entender la coyuntura en la que se ha movido Duque y solo fue hasta comienzos de 2020 cuando entendió que debía darles puestos políticos a otros partidos para lograr formar una coalición de gobierno que le permitiera presentar proyectos al Congreso con el fin de que fueran aprobadas y así mismo no solamente consolidar su gobernabilidad sino también sacar adelante las propuestas por las que fue elegido.
Es interesante entender que uribistas pura sangre como Paloma Valencia, Paola Holguín, María Fernanda cabal, Rafael Nieto, Edward Rodríguez querían ver una mejor y mayor acción uribista dentro del gobierno, pero no han entendido que ni son una mayoría amplia en el ente legislativo, como tampoco que el presidente Duque ha podido encontrar una bandera de gobierno tal como ha pasado con sus antecesores y es por ello que en 2020 Cambio Radical y la U entraron a hacer parte de los ministros con Fernando Ruiz en Minsalud y Ángel Custodio Cabrera en Mintrabajo.
Finalmente, los dos años que cumple Duque como presidente de Colombia han sido complicados envueltos en una coyuntura compleja en la que la situación social del país ha agudizado la violencia, las muertes de líderes sociales, el aumento del desempleo, una mayor polarización a causa de las redes sociales. Los bajos índices de popularidad del presidente y el sentimiento de los colombianos de que el país va por mal camino han sido la muestra de los dos años de Duque en el poder. El desorden político, social y económico del gobierno se vio representado en las marchas del 21 de noviembre en Bogotá y Cali, ciudades devastadas por vándalos pero que al final demuestran la angustia y antipatía de cierta parte de la población frente al gobierno nacional.
Sin lugar a dudas la pandemia del covid19 ha sido un salvavidas para el presidente Duque. Sin la pandemia la polémica de la “ñeñepolitica” habría cobrado más fuerza y el presidente estaría entre la espada y la pared quizás también el juicio que le desea iniciar el Partido Alianza Verde en la Cámara de Representantes hubiera seguido su rumbo y tendríamos otro proceso de enjuiciamiento tal como lo vivió Ernesto Samper.
Duque está entrando en la parte final de su gestión la cual ha llevado con el sol a sus espaldas, en los dos años que le quedan como presidente deberá proteger su trabajo, fortalecer sus iniciativas enmarcadas en la recuperación económica y del empleo en el país y quizás estas dos exigencias de la población hacia el presidente sean el legado que dejará cuando entregue el poder a un nuevo mandatario.
Foto: Revista Semana, 2020.
Amanecerá y veremos: elecciones presidenciales.
Candidatos empiezan a sonar para las elecciones de mayo en 2022: Paola Holguín, Paloma Valencia y Edward Rodríguez por el Centro Democrático. Roy barreras, Dilian Francisca Toro, Aurelio Irragorri por la U. Camilo Romero y Sergio Fajardo por el Partido Alianza Verde; Jorge Enrique Robledo por el partido Polo Democrático, Gustavo Petro por la lista de los decentes y la Colombia Humana; Rodolfo Hernández ex alcalde de Bucaramanga entre otros son los nombres que más han sonado para esta contienda electoral.
Queda mucho camino aún y Duque tiene posibilidades de enderezar el rumbo y dejar un verdadero legado al país por el cual será recordado. Por lo pronto a 2020 debe centrar su trabajo en unir a Colombia y trabajar por disminuir la violencia, la inseguridad y el desempleo que se vive no solo por la polarización sino también por la pandemia, además de ello enfocar la meta del crecimiento económico más allá del 3,5%.
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