Por: Andrés Felipe Múnera C.
Politólogo
(Foto de: France24)
Desolación, lágrimas, desazón y una profunda tristeza arropa nuevamente a la población de Medio Oriente. Esta vez en el Líbano país que está acostumbrado a vivir tragedias humanitarias no solo en su territorio sino también por ser testigo de la crueldad del ser humano cuando no tiene compasión al momento de utilizar las armas contra otro humano que tiene una ideología o piensa de forma diferente. La religión y la política son el principal síntoma de la destrucción que embarga a esta región del mundo. Se habló de un ataque, de una invasión, pero fue una explosión lo que acabó con la vida de un centenar de personas y con los sueños de miles más que fueron testigos, volando por los aires, como su patrimonio caía a causa de la onda explosiva.
Agosto de 2020 pasará a la historia por ser el mes en que todo cambio para el Líbano. La explosión a causa de un incendio y deflagraciones de fuegos artificiales que llevaban poco más de 6 años almacenados en una bodega en Beirut, capital del país, ocasionó la tragedia más grande que ha podido vivir esta nación envuelta en otras tragedias.
La explosión que causó daños en una radio de 10 kilómetros ocasionó la caída del gobierno libanes salpicado por escándalos de perversión en medio de una profunda crisis económica que desde el 2019 con el anuncio del gobierno de establecer un impuesto a las llamadas telefónicas por WhatsApp y otras redes sociales protestaron contra una medida que generó polémica por los altos índices de corrupción de la clase política del país. La explosión fue el detonante principal de una crisis política silenciosa que venía en crecimiento desde septiembre del año pasado.
El lunes 10 de agosto el gobierno del primer ministro Hassam Diab presentó su dimisión ante las continuas protestas en el país. La situación que estaba a punto de salirse de control se apaciguó con la renuncia del gobierno que estaba en el poder desde enero de este año. Ahora el parlamento deberá elegir el próximo gobierno con el objetivo de aplacar las protestas en pro de satisfacer las necesidades de una población con altas carencias sociales que van desde los cortes continuos de agua y energía hasta las deficiencias sanitarias en todo el país.
El que alguna vez fue conocido como la Suiza de Oriente Medio o Beirut como la parís de Oriente Medio pasa por una profunda crisis económica, política y social, en la que también el sector de la salud se encuentra a punto de colapsar por la falta de financiación a los hospitales públicos y los privados por el colapsó en su red de hospitales a causa del Covid19.
La explosión ha sido el detonante para que a nivel internacional el Líbano ganara protagonismo. Días después de la explosión el presidente de Francia Emmanuel Macron realizó una visita de Estado abogando por la búsqueda de una solución pacífica al difícil momento político de este pequeño país. Incluso hasta el presidente de los Estados Unidos Donald Trump que se encuentra en plena carrera electoral apoyó una solución pacífica en un momento donde las tensiones políticas y sociales continúan en la región.
El Líbano, país que comparte fronteras con Israel y Siria está ubicado en una región que se ha caracterizado por mantener constantes conflictos que han ocasionado fracturas gubernamentales a causa de las guerras civiles y regionales. El desempleo ha aumentado constantemente en los últimos meses ubicándose en el 25%. Por otra parte la inflación también ha aumentado en un 79%., según datos de Datosmacro.com Esta es sin lugar a dudas el momento más crítico de una nación de seis millones de habitantes desde la guerra civil entre 1975 y 1990.
Ahora el nuevo gobierno deberá aunar esfuerzos para la reconstrucción de la capital, buscar una salida pacífica y ordenada a la crisis política como también establecer un plan para poner a operar de nuevo el puerto marítimo de la capital, entrada principal de la importación de alimentos que se consumen en todo el país.
Amanecerá y veremos:
El nuevo acuerdo entre Emiratos Árabes Unidos e Israel ha generado una fuerte tensión entre los gobiernos de la región. Este "acuerdo" podría generar nuevos conflictos y una posible carrera armamentista entre países que en los últimos años han visto aumentar las confrontaciones y en la que Estados Unidos, China, Rusia y Europa tienen mucho que ver.
Esta región del planeta ha carecido de una transformación y reconfiguración de la política en búsqueda del fortalecimiento de la democracia que lleve a los países a saber convivir, pero el petróleo y los intereses económicos de las pocas familias que manejan el poder oscurecen el panorama de Oriente Medio.
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