Por: Angélica Escobar
Politóloga.
Mag. Gobierno
(FOTO: Síntesi, 2017)
Como consecuencia de la declaratoria de Estado de Emergencia Económica, Social y ecológica en Colombia –y no menos importante la situación que vive hoy el mundo en virtud la pandemia causada por el covid19- la comunicación ha dado un viraje profundo, ha
cambiado y ha tomado mayor importancia día a día, llevándonos a una sociedad más digital, llena de datos, llena de correos, llena de reuniones por zoom o por webinar, entre otros. Este panorama deja una conclusión sencilla: quien no se adapte al cambio exigido por esta nueva era “digital”, está en peligro de extinción.
Autores como Cannel o incluso como el mismo Castell, haya unos largos años, dejaron por sentado que las redes de comunicación están programadas para alcanzar los objetivos para maximizar los beneficios en el mercado financiero global, aumentar el poder político de las empresas propiedad del gobierno y atraer, crear y mantener una audiencia como medio para acumular capital financiero y capital cultural. Esto deja entrever la necesidad de comprender que si estas nuevas formas de comunicación están hoy en día legitimando el poder -económico, político, social y académico- y son una realidad, son aquellas a las que todos los sectores le deben apostar, de no creerse y solo por citar un ejemplo basta revisar la finalidad del conocido por todos el programa "prevención y acción del presidente Iván Duque" y queda a merced del lector establecer si esta es una estrategia de maximización de su poder y su ego.
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