(foto de: www.aa.com.tr,2020.)
Linda Thomas-Greenfield y Alejandro Mayorkas son dos de los primeros nombramientos que ha realizado el presidente electo Joe Biden a la espera de la confirmación del gabinete por parte del Senado de los Estados Unidos.
Thomas-Greenfield, respetada diplomática con amplia experiencia en el sector y subsecretaria del departamento de Estado para asuntos africanos fue nombrada como la nueva embajadora ante las Naciones Unidas, lo cual envía un mensaje claro no solo al saliente gobierno Trump sino también a un país divido política y socialmente. Este nombramiento además de ser histórico es trascendental porque vuelva a posicionar a Estados Unidos en su rol de líder y potencia mundial. Pero más allá de eso es entender que lo que pretende Biden es volver a reconciliar la sociedad norteamericana; una sociedad plagada de mentiras, afirmaciones falsas, faltas de rigor, autoritarismo, machismo desde la Casa Blanca en un periodo de tiempo que pasará a la historia como uno de los más convulsos y uno de los peores gobiernos. Sí, me refiero al de Donald Trump.
Por otra parte, el nombramiento de Alejandro Mayorkas quien ha trabajado en la vicepresidencia y el Senado con Biden será el encargado de velar por la seguridad de los estadounidenses y de los millones de migrantes que al igual que él esperan resolver en el nuevo gobierno su situación legal en ese país. Con Mayorkas Biden le da un golpe “mortal” definitivo al discurso de los republicanos de que con los Demócratas en el poder el comunismo se iba a apropiar de los Estados Unidos. Esta es y será siempre una falacia, una mentira, improperios contra los fundadores de la patria, contra quienes hace más de 200 años pensaron en el país grande que iba a ser Estados Unidos, e idearon esa nación líder y potencia de la que muchos países toman como ejemplo para sus democracias. Este nombramiento no solo es importante por Maryorkas sino porque representa la diversidad política de la cual va a estar compuesto el gabinete del gobierno Biden-Harris.
No puedo dejar pasar por alto que después de la pataleta al perder las elecciones –Trump hizo todo lo posible para perderlas- el presidente saliente haya accedido el lunes 23 de noviembre a dar los fondos al nuevo gobierno para el traspaso del poder y la transición con miras al 20 de enero de 2021. Trump derrotado ante el rechazo de la justicia a sus demandas en estados como Pensilvania, Georgia, Michigan y Wisconsin no tiene más remedio que poner al país por delante sus intereses, pero no va a abandonará la política y es fijo precandidato junto con Mike Pence para las elecciones internas del partido Republicano en 2024.
La presidencia de Biden será un gobierno de transición. Será el encargado de retomar el camino por el cual han cursado los demás gobierno hasta el 2016. Pero es importante resaltar que el gobierno de Trump fue vital para comprender el aburrimiento y el hartazgo político que existe en la población contra su clase política tradicional. En definitiva lo que viene será un diciembre menos traumático para el presidente electo y posiblemente veamos lo que hasta ayer parecía imposible: una reunión entre Joe Biden y Donald Trump.
Comments